domingo, 24 de julio de 2011
Iglesia Apostólica de la Fé en Cristo Jesús. Mi paso por ella
Muchos me han dicho que estoy dolido y que hay en mí una raíz de amargura. La verdad no lo creo, lo que creo es que no les gusta escuchar la realidad y que cuando alguien habla con ella y les duele, prefieren cerrar sus ojos y oidos y dejar que todas las cosas sigan igual.
Naci en la IAFCJ en 1982, en el 2000 me bauticé y por allí del 2005-2006 dejé de congregarme allí. Las razones son muchas, entre ellas las llamadas escuelas de liderazgo, los encuentros y los cambios diciplinarios y doctrinales que los obispos permitieron cobardemente.
Quizás debí quedarme y luchar contra eso que es gravísimo y que terminará por destruír la organización que entre muchos otros mis padres y mis abuelos construyeron. Pero no lo hice y ahora, a la distancia, me da flojera regresar y hacer algo por ella.
Me duele ver como mi padre llora cuando ve cosas en la Iglesia que antes serían impensables.
Me duele ver que los viejos que levantaron los templos actuales y que fueron bien celosos de la fé se queden callados y en un acto de cobardia permanezcan alli dejando que las cosas sigan pasando, faltos totales de dignidad. Pero pues nimodo, así como cada pueblo tiene el gobierno que se merece, los hermanos de la IAFCJ tienen las autoridades eclesiásticas que se merecen.
Organizacion llena de tratos por debajo de la mesa, con amiguismos y favoritismos, donde la cupula del gobierno se niega a dejar su cargo creando lo que una vez llamé la "nueva casta sacerdotal"tan corrupta como la de la antiguedad.
De aquí en delante pienso escribir lo que pienso aunke eso me traiga problemas futuros de cualquier índole.
HOY ES 05 ENERO DEL 2012 Y PIENSO EDITAR ESTA ENTRADA:
Quizás en casi nada me retracto EXCEPTO en la última oración. Sí, me retracto de haber escrito que seguiría escribiendo lo que pienso aunque eso me trajera problemas de cualquier índole. Estaría dispuesto a sostener mis dichos con todos, menos con Dios. Si a Dios algo de lo que yo diga o escriba le desagrada, por supuesto que me retractaría inmediatamente. No le tengo temor a los problemas por ejercer mi libertad de expresión, pero de Dios sí tengo temor y a Él someto mis "libertades".
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