miércoles, 10 de agosto de 2011

Soñé un profeta y nó me gustó mucho su profecia.

Hace días tuve un sueño de esos que te dejan pensando.
No lo voy a explicar todo, porque el tema que quiero tratar en sí no es el sueño, sino el MIEDO A LA MUERTE.
Resulta se que EN MI SUEÑO me encontraba yo en una actividad de una iglesia y habia un profeta, a todos les profetizaba, entre ellos pude ver que les profetizó a mi hermano Isaí y a mi primo Cesar, el asunto es que al llegar a mí, me muestra una libreta dónde tenía escrito del lado izquierdo mi nombre y enfrente el siguiente mensaje:
murió-cuba-durmió
17 de éste mes
Como se imaginaran fué tanto el impacto del sueño que me desperté.

Es dificil desacreditar así como así un sueño de estos, pero con argumentos personales lo desacredité, sin embargo eso nó ha evitado que piense en la posibilidad de morir pronto.
Tengo 28 años de edad y mi salud se vió muy mermada de unos meses acá, en mi familia lo saben, lo que nó saben es que yo nó siento haberme recuperado del todo y a veces -muy seguido- sigo teniendo problemas para respirar, me duele el corazón y siento que batallo para hablar.
Como nó son síntomas muy obvios, creo que muy pocos se dan cuenta, quizás nadie.
Cualquier estudio y especialista que se les ocurra, ya lo hice y lo ví. Dicen que en realidad no hay nada que muestre daño cardiaco, neurológico, de riñones, hígado, pulmones ó de algún órgano. No saben decirme porque de mis malestares. Así que cambié de empleo a uno más relajado, traté de pagar deudas y de cambiar mi estilo de vida...... pero creo que me distraje de lo principal: Nó me agradó la idea de morirme.
Realmente la idea de morir nó me agrada nó tanto por lo que nó he hecho en mi vida (casarme, tener hijos, terminar de pagar mi casa, etc.), sino por lo que nó he hecho para Dios.
Hace poco le decía: "Señor, me resulta muy triste la idea de presentarme delante de tí sin nada en las manos" y es que cada uno de nosotros sabemos muy bien las cosas que hemos podido hacer para el Señor y nó hemos hecho; y en mi caso son muchas, muchísimas creo yo.
Sin embargo mientras uno nó se vea ante la posibilidad real de morir, las cosas nunca las cambiaremos. La estabilidad es un bien sumamente preciado, es muy dificil conseguirla y una vez que se tiene nó estamos dispuestos a dejarla por nada ni por nadie, aunque ese NADIE sea Dios mismo. Esa es la verdad, para hacer algo para Dios, queremos que Dios mismo -o ya de perdido un ángel- nos diga audible y visiblemente lo que debemos hacer. Esa Voz a nuestra conciencia NUNCA nos es suficiente para actuar.
Cuando recién empecé con los mareos, faltas de aire, desesperaciones, etc. el pastor Miguel Méndez me ordenó predicar en el Hospital Metropolitano a donde cada lunes híbamos a llevar alimentos y la Palabra. Nó era la primera vez que yo predicaba allí, pero sí la primera en dónde yo hiba enfermo y en ese tiempo sí miraba mucho más fuerte la posibilidad de morir en cualquier momento ya que los síntomas eran muchos más que ahora.
El caso es que cuando me dispuse a preparar el mensaje de en la noche nó sabía que decir -es difícil presicar de sanidad cuando uno está enfermo- pero recuerdo que mientras escribía el mensaje así como escribo éste blog, Algo me fué llevando a cambiar el tema que yo tenía pensado: de sanidad se cambió a SEGURIDAD.
Entre otras cosas le conté a la gente mi historia (eran como 50 personas ó más) y les expuse mis temores a morir. Les dije que tengo un padre con embolia y que yo lo cuido junto con mi familia y que para mí sería por demás doloroso causarle a mi padre otra tristeza más con mi partida, les dije sobre mi hermano menor que está estudiando y a quién yo le pago la universidad, les dije de mi familia donde los dos hermanos que me siguen nó son convertidos y quienes se cuestionan la existencia de un Dios Bueno después de ver a su padre sufrir como sufre todos los días, sobre todo porque su padre siempre fué fiel en la iglesia y nunca le conocimos errores graves que justificaran en algo (humanamente hablando, claro) su enfermedad. Pero también les dije que yo seguía creyendo en un DIOS BUENO, que conociendo a ese Dios Bueno tenía la seguridad en mi corazón de que MI FAMILIA ESTARÍA BIEN.
¿le doy yo vida a mi padre?, Nó
¿El trabajo con el que pago la colegiatura es mío, puedo asegurar que siempre lo tendré? Nó.
¿Puedo yo cambiar el corazón de mis hermanos? Nó
Entonces si todo hasta hoy lo hemos recibido de Dios, porqué habría yo de pensar que nó estando yo algo les faltaría???
Esté o nó yo, Dios siempre estará con ellos. Consolará sus corazones, suplirá sus necesidades, tocará sus almas y les dará esa paz de filipenses 4:7
"y la paz de Dios que SOBREPASA TODO ENTENDIMIENTO, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús"
La fidelidad de Dios es tal, que aún nó estando nosotros, Dios tiene cuidado de los nuestros.
La Biblia dice "Nunca he visto justo desamparado, NI SU SIMIENTE que mendige pan".

Además la muerte es algo natural, está establecido que todo hombre muera una sola vez y despues de esto el juicio, así que morir antes que los demás es solo cuestión de posibilidades, así como yo he enterrado mucha gente, así alguien, un día de no venir el Señor, hará lo mismo por mí.
Lo que trajo mucho paz a mi corazón fué la tercera palabra del primer renglón:
murió-cuba-durmió
17 de éste mes
DORMIR en las Escrituras nó es morir, morir es para los que se condenan eternamente. DORMIR es para los que estaremos en el Paraíso esperando el toque de la final trompeta el día del arrebatamiento...."y los muertos en Cristo resucitarán primero..."
Así que según el apostol Pablo es "mucho mejor" partir para estar con el Señor (leer los primeros capítulos de Filipenses) que quedarse en ésta tierra, pero mientras estemos aquí:
¿PORQUE NO ESFORZARSE EN NÓ LLEVAR LAS MANOS VACÍAS PARA CUANDO NOS PRESENTEMOS DELANTE DE DIOS?
Es válido tener el anhelo en el alma de hacer cosas para Dios y creo que Dios me dará aún la oportunidad de hacer muchas cosas para El. única y exclusivamente para Él, para Su Gloria, para Su Honra, para Su Reino, al fin y al cabo ¿Para eso estamos aquí, nó?


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